Los personajes son tan importantes como lo que se cuenta en un relato de ficción, a tal punto que si los lectores no sienten que le contamos algo sobre personas «vivas» (personajes creíbles) terminarán cerrando el libro. Por esta razón la construcción de los personajes es una fase crítica durante el proceso de escritura de una novela.
Pero…
¿Cuántos personajes debemos incluir en una novela?

La cantidad de personajes de nuestra obra literaria va a depender de la extensión de ésta, es decir, si es una novela corta o larga y la cantidad de subtramas. También va a influir el género narrativo, ya que por ejemplo, cuando escribimos una novela negra, siempre deben existir al menos dos sospechosos del crimen que se investiga por lo que el número de personajes será mayor.
Debes analizar si los personajes que quieres incluir en tu novela tan solo cumplen una función de relleno y de ser así, tener suficiente determinación para suprimirlos y no dejar personajes en tu historia nada más porque te has encariñado con ellos.
¿Qué tipos de personajes existen? y ¿Cómo los construyo?
Aunque existen diferentes formas de clasificar a los personajes de un mundo ficticio, yo encuentro que es más sencillo para la organización y la toma de decisiones en la creación de nuestros personajes si los clasificamos según el rol y nivel de participación que tiene cada uno dentro de la trama.
En este sentido tenemos tres grupos de personajes: principales, secundarios y episódicos. Es necesario precisar a qué grupo pertenece cada uno de nuestros personajes para saber como desarrollarlo.
Personajes principales
Los personajes principales también se llaman primarios y son los que llevan el peso de la trama principal. Son los más importantes y aparecen de principio a fin en el relato.
Se dividen en:
Protagonistas
Los protagonistas son los que realizan las acciones más importantes de la trama principal y a su alrededor giran los demás personajes de la historia. Los protagonistas deben ser capaces de provocar emociones al lector, de hacerle sufrir lo que el personaje sufra o de hacerle llorar si ellos lloran. El lector tiene que poderse identificar con el protagonista para poder preocuparse de lo que le suceda hasta el final de la historia.

Sansa Stark, es uno de los personajes principales de la saga Juego de Tronos, quien al inicio de la historia es una egoísta jovencita de alta sociedad cuyo único sueño es casarse con un príncipe. Tras siete temporadas de la serie ha evolucionado a causa del horror de la decapitación de su padre y los maltratos sufridos, hasta el abuso sexual. Tuvo que pasar por un par de matrimonios arreglados para convertirse en una mujer capaz de planificar con frialdad un asesinato y llevar el mando del reino de Invernalia.
Antagonistas
Los personajes antagonistas son aquellos que tienen objetivos opuestos al de los protagonistas. Existen en la narración para interponerse en su camino. Se les puede llamar enemigo, villano o rival.

El antagonista no necesariamente tiene que ser una persona, sino que también puede ser un grupo, una institución, el sistema, un elemento paranormal, un monstruo, la fuerza de la naturaleza o una epidemia. Hay muchas opciones. Lo que sÍ es necesario es que en una historia siempre debe existir un antagonista.
Cersei Lannister, es una de las antagonistas más temidas. Se trata de un personaje que aunque desde el inicio ha sido una malvada, ha evolucionado para ser aún más despiadada y fría. La muerte de todos sus hijos y de su padre, entre otros, han sido elementos que han desencadenado dicha evolución. Tiene un pasado bien delineado y expuesto ante el lector, tiene un objetivo por el cual luchar y hace daño por razones que se justifican muy bien durante el desarrollo de la trama (venganza, poder…).
Es necesario un fuerte contraste entre el antagonista y el protagonista, por ello es recomendable:
Crear un antagonista que supere al protagonista (ya sea en fuerza, poder, belleza…etc.), o al menos al lector así debe parecerle. Ya que si el antagonista es superior al protagonista, esto hará que la lucha y victoria del protagonista sea más meritoria.
Personajes secundarios
Los personajes secundarios sirven como instrumento para que al protagonista le sucedan cosas, pudiendo actuar como obstáculos en su camino o como propulsores que les ayudan a alcanzar sus metas. Aunque la narración no se basa en lo que les sucede a ellos, sin ellos la historia no avanzaría por el camino trazado en el argumento. Son imprescindibles para el avance de la trama, aunque de menor relevancia que los protagonistas.

Jorah Mormont es un consejero y protector de la reina Daenerys Targaryen. Le trae sabiduría y luz en momentos donde ella debe tomar decisiones por lo que es un personaje secundario que aparece para ayudar a un protagonista y capaz de redirigir la historia por donde el escritor quiere llevar la trama. Tiene un pasado que termina por afectar a su presente. Sufre situaciones que provocan su evolución: se enamora y se encuentra al borde de la muerte. Razones que cambiarían a cualquier mortal. Todo esto lo convierte en un personaje con el cual se identifica el lector.
Para diferenciar a los personajes secundarios de los otros podemos preguntarnos si ¿Participan directamente en alguna de las subtramas? De ser así es un personaje secundario.
Algunos ejemplos de personajes secundarios son:
- El mejor amigo de alguno de los personajes principales.
- El profesor, mentor o tutor de alguno de los personajes principales.
- La pareja sentimental del protagonista.
- El colaborador o ayudante de alguno de los personajes principales.
Personajes episódicos
También llamados terciarios o incidentales, aparecen por un breve espacio de tiempo en la historia, bien sea en el inicio, en el desarrollo o en el desenlace. Estos son necesarios para diversos fines que decida cada escritor, llegan para aportar algo para el desarrollo de la trama y luego desaparecen sin más.

Lyanna Stark, es un personaje episódico que es colocado en la historia para aclarar el origen de Jon Snow. Por lo que en la historia no hay mayores detalles acerca de su personalidad o sobre su niñez, etc.
Otros ejemplos de personajes episódicos son el perito de balística que explica la trayectoria de una disparo realizado por el asesino, que aparece en un escena de la historia. El conductor del bus con quién el protagonista tiene una discusión una mañana, o el policía de tránsito que le pone una multa por alta velocidad o por conducir ebrio.
Los personajes episódicos no evolucionan, no requieren arco emocional; así que NO invirtamos tiempo en definir su pasado.
Pasos indispensables para construir un personaje principal o uno secundario
- Crearle un pasado. Escribe una biografía bastante completa sobre su pasado, sus estudios, dónde vivió, sus padres, si estuvo casado, si enfermó de algo en la niñez y todo lo que deberías conocer de una persona cuando la conoces bien a fondo.
- Darle un rostro y un nombre. Escribe cómo es físicamente tu personaje, su edad, su estatura, etc. De ser posible recopila fotografías que definan bien su fisonomía y aspecto. Además otórgale algún defecto físico. Recuerda que las personas normales tienen imperfecciones.
- Darle un punto vulnerable. Si un personaje es muy temerario es poco creíble, por eso debe tener ese punto débil que puede darle problemas y complicar la historia.
- Darle virtudes o cualidades distintivas. Es necesario que los personajes principales tengan algo especial y diferenciador que haga que los lectores lo recuerden y a sus vez alejen a tu personaje de los clichés.
- Definir cuál es su objetivo o meta a alcanzar. Eso que lo que lo hace vivir o existir en la historia. Es lo que hace que el personaje se mueva en una dirección.
- Definir cuál será su evolución. Entre el inicio y el fin de la historia, el personaje debe pasar por un cambio de carácter, moral, situación económica, emocional… algún tipo de evolución, además debe aprender algo. Esto lo hace humano, que es lo que queremos lograr en nuestro personaje. Rico a pobre, bueno a malo, puro a indecente, fea a bella o viceversa.
Debes conocer en profundidad a todos tus personajes principales para que puedas hacerlos actuar en la historia de forma coherente y creíble. Pero nunca predecible. Sorprende a los lectores con tus personajes.
Finalizo esta entrada con un extracto del libro ‘Para ser novelista’ de John Gardner un consejo maravilloso respecto a la creación de personajes:
Se le puede decir al lector que el personaje fue a una escuela privada (no hay necesidad de escribir un episodio que tenga lugar en la escuela privada si éste no es importante para el resto de la narración), o se le puede decir al lector que al personaje en cuestión no le gustan nada los espagueti; pero con raras excepciones, los sentimientos de los personajes se tienen que evidenciar: el miedo, el amor, la excitación, la duda, la turbación o la desesperación sólo tienen verosimilitud cuando se presentan en forma de acontecimientos, es decir, de acción (o ademán), de diálogo o de reacción física ante el entorno. El detalle es la savia de la ficción literaria.
Gracias por seguirme. Me he pasado por tu blog (porque me gusta stalkear a mis seguidores xd) y me he llevado una grata sorpresa. Tienes entradas muy interesantes, dando consejos y ayudando a escritores, lo que me viene muy bien y andaba buscando. Gracias 💚
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Que bien Mencía 😁 me da mucho gusto que pasaras por mi blog y espero que algún consejillo mío puedas aprovechar !!
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