
Si tuviera que definir con dos adjetivos el relato corto ‘La noche boca arriba’ diría: ingenioso y sobrecogedor. El escritor argentino Julio Cortázar consigue el efecto knockout mediante un narrador con carácter lúdico, recursos y figuras literarias de las que se puede aprender muchísimo. Es un relato en el que hay suspense, fantasía y terror. Vamos con el análisis.
TÍTULO: La Noche boca arriba.
AUTOR: Julio Cortázar.
GÉNERO: Cuento de fantasía y terror.
PUBLICACIÓN: Incluido en la Tercera parte del ‘Final del juego’.
AÑO:1956
ARGUMENTO
Un motociclista que tras un accidente es trasladado a un hospital donde es atendido y allí, entre los sedantes y sus dolores comienza a soñar que él es un indio moteca que huye de unos cazadores aztecas. Despierta y vuelve al sueño cada vez con más frecuencia, hasta que el moteca está apunto de ser sacrificado a los dioses y se da cuenta que ya no va a despertar porque ya está despierto.
PERSONAJES
Protagonista:
Un indio moteca, guerrero de una tribu aledaña a los aztecas, que es perseguido y capturado por estos y quién sueña que es un motociclista que conduce por una avenida en Argentina.
Antagonista:
Los aztecas, la tribu de nómadas más grande e importante de la América precolombina.
Secundarios:
- Cuatro o cinco hombres que suben al motociclista a la camilla.
- Un policía o vigilante que lo acompaña al hospital.
- Varias enfermeras que lo atienden durante el día.
- Un doctor.
- Un paciente que esta hospitalizado en la misma sala que el protagonista.
- Grupo de portadores de antorchas que acompañan a los acólitos.
- Cuatro acólitos que llevan al moteca hacia el altar.
- El sacrificador.
EL TIEMPO
Tiempo cronológico:
Los sucesos ocurren durante la llamada Guerra Florida de los aztecas, en la que estos capturaban a sus enemigos para sacrificarlos a los dioses.
Tiempo histórico:
Época Precolombina en la realidad. Época Contemporánea en plano onírico.
Tiempo ambiental:
Clima típico de la selva mejicana. El escritor apunta que el cielo estaba despejado y alumbrado por la luna llena.
Tiempo gramatical:
Se emplea el tiempo pasado perfecto simple para narrar las acciones que llevan a cabo tanto el motociclista como el moteca, frente al uso del tiempo pasado imperfecto para referirse a situaciones que rodean al protagonista (tanto en la realidad como en el sueño).
ESPACIO
Los acontecimientos principales tienen lugar en México, mientras que en el sueño el protagonista está en Argentina.
NARRADOR Y PUNTO DE VISTA
El narrador es la estrella del relato de Cortázar, juega con el lector para confundirlo y esto lo logra gracias a lo que oculta y a lo que deja ver, situándose en una perspectiva estratégica. Es un narrador omnisciente porque conoce lo que siente el protagonista, lo que hace y lo que ve, pero que no se entromete en los acontecimientos, no emite juicios y es objetivo. El narrador va dejando indicios a lo largo del texto para que nos demos cuenta que el motociclista es realmente un sueño del moteca. Sin embargo, no lo notamos hasta el final del relato.
Algunas pistas que da el narrador son por ejemplo cuando el moteca está en la selva (en lo que el lector cree es el sueño), los olores y sensaciones son más fuertes, más vívidas, incluso el miedo:
«Pero sentía al mismo tiempo que los tobillos se le estaban hundiendo despacio en el barro, y la espera en la oscuridad del chaparral desconocido se le hacía insoportable».
«Primero un olor a pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las marismas, los tembladerales de donde no volvía nadie… Y todo era tan natural, tenía que huir de los aztecas que andaban a caza de hombre, y su única probabilidad era la de esconderse en lo más denso de la selva».
En cambio cuando el protagonista está en el sueño (en la cama del hospital) todo es borroso, como si no distinguiera claramente ni a las personas ni objetos que se pasean a su alrededor:
«Voces que no parecían pertenecer a las caras suspendidas sobre él, lo alentaban con bromas y seguridades»
«Opiniones, recuerdos, despacio, éntrenlo de espaldas, así va bien, y alguien con guardapolvo dándole de beber un trago que lo alivió en la penumbra de una pequeña farmacia de barrio».
Además por si fuera poco el motociclista no logra recordar algunas cosas del momento del accidente como si hubiera huecos en su memoria:
«Trataba de fijar el momento del accidente, y le dio rabia advertir que había ahí como un hueco, un vacío que no alcanzaba a rellenar. Entre el choque y el momento en que lo habían levantado del suelo, un desmayo o lo que fuera no le dejaba ver nada».
Otros de los indicios diseminados por el texto los da el narrador cada vez que el motociclista se queda dormido:
«Como sueño era curioso porque estaba lleno de olores y él nunca soñaba olores».
«Tener miedo no era extraño, en sus sueños abundaba el miedo».
DESCRIPCIÓN
Durante todo el relato predomina la descripción de las sensaciones físicas del protagonista: miedo, desorientación, diversidad de olores y constante sed. El uso de descripciones nítidas hacen énfasis en el moteca, el hombre del plano real.
«Gritó de nuevo sofocadamente, casi no podía abrir la boca, tenía las mandíbulas agarrotadas y a la vez como si fueran de goma y se abrieran lentamente, con un esfuerzo interminable. El chirriar de los cerrojos lo sacudió como un látigo. Convulso, retorciéndose, luchó por zafarse de las cuerdas que se le hundían en la carne».
En cambio las descripciones de lo que sucede en el plano onírico son simples, como si se le restara importancia, pero no es más que otra de las diferencias el escritor quiere marcar entre la realidad y el sueño.
«Una enfermera rubia le frotó con alcohol la cara anterior del muslo, y le clavó una gruesa aguja conectada con un tubo que subía hasta un frasco lleno de líquido opalino. Un médico joven vino con un aparato de metal y cuero que le ajustó al brazo sano para verificar alguna cosa».
FIGURAS LITERARIAS
Metáfora
Vino una taza de maravilloso caldo de oro oliendo a puerro, a apio, a perejil.
Haciendo alusión a que el color del caldo es parecido al color del oro.
Símil o comparación
Una lámpara violeta velaba en lo alto de la pared del fondo como un ojo protector.
Hipérbole
..esas imágenes que seguían pegadas a sus párpados.
Se exagera para acentuar lo difícil que era para el protagonista mantenerse dormido y no traer a su cabeza la terrible realidad.
Sinestesia
…columnas de rojo perfumado.
Personificación
..los tembladerales palpitaban a su lado.
TEMAS DEL RELATO
Cortázar nos mete en la piel de las víctimas de los rituales de sacrificios humanos que los pueblos indígenas de América hacían a sus deidades; nos hace sentir, oler y ver sus padecimientos desde el inicio de las cacerías humanas hasta que eran puestos frente a su verdugo para ser asesinados. Cortázar pone a la luz la crueldad que ejercía el sistema religioso de los aztecas donde no importaba el número de muertos sino tan solo el «complacer a sus dioses», aunque los sacerdotes decían que era para salvar al universo de la destrucción.
El texto es una crítica a los sistemas religiosos que han existido desde que el mundo es mundo, aunque con diferentes nombres, que manipulan a las masas hasta el grado de que estos aceptan sin más, así como el moteca, el destino que los que están al poder elijen. Hay muchas religiones que se aprovechan del miedo para dominar masas, llevándolos a cometer atrocidades tales como masacres y ataques terroristas en nombre de un supuesto dios.
Como tema secundario podemos encontrar que el autor resalta la capacidad que tiene la mente humana para evadirse de la realidad específicamente en momentos traumáticos como el que experimenta el moteca cuando es capturado para su posterior sacrificio y desea estar en cualquier otro lugar entrando en un estado de ensoñación y fantasía.
OPINIÓN PERSONAL
Este relato ya se ubica entre mis favoritos porque me amplia la visión como escritora respecto a la importancia que tiene el narrador al momento de crear una obra literaria. El punto de vista que le demos, su grado de implicación en la historia que contamos y la selección de qué mostrar y qué no.
En este fantástico relato se contrasta la realidad con el sueño, la contemporaneidad con la historia precolombina, la muerte y la vida, la oscuridad y la luz. Los paralelismos entre la realidad y el sueño aparecen a lo largo del relato, como por ejemplo cuando al motociclista lo levantan del suelo cuatro hombres para sacarlo de debajo de la moto y subirlo a la camilla, se corresponde a cuando en el sueño al moteca lo capturan los aztecas y lo atan. Cuando el médico se le acerca con un bisturí se correlaciona con el momento en que el sacrificador empuña un cuchillo frente a él.
Por último le daría un diez a las metáforas empleadas por Cortázar, son poderosas, mueven todos los sentidos especialmente el olfato. En muchas frases también hallamos el uso de la sinestesia, una figura retórica que mezcla sensaciones auditivas, visuales, gustativas, olfativas y táctiles.