Capítulo siguiente: II El fragante olor a pastel horneado la llevaba atada por la nariz a través del ancho camino forrado de azúcar. Lucía se inclinó incrédula para saborearla y constató que sí lo era. Alrededor había muchos árboles pequeños de colores vistosos: rojo, amarillo y naranja; y las florecillas que colgaban de ellosSigue leyendo «Sonrisas lejanas. Capítulo 1: Realidad»