Relato: CÍRCULO LETAL (Parte 4)

Aló. Sí, sí. Es una emergencia. Mi hija se queja que le arde muy fuerte el estómago. Tampoco puede respirar bien, como que le faltara el aire. Oh Dios mío. ¡Jess¡ ¡Hija! Se está desmayando señor. ¿Qué hago? No se qué hacer. Sí, le escucho. ¡Dígame! Ok. Pondré alta voz.

Me arde mucho, parece que la tripa me quema por dentro. Pero… No entiendo. Rosy no va a decir que hagamos algo que sea peligroso. Por eso me tomé un poco del desengrasante de la ropa como dijo, para que me quemara la grasa. Me duele. ¡No puedo respirar! Me ahogo. Creo que moriré aquí mismo en el sofá. Ya ni puedo escuchar lo que dice mi madre. Se ve tan horrorizada al teléfono y ahora está llorando. No quiero morir. No, por favor. No quiero morir.

¿Jess? ¿Hija? No, no se mueve señor. Dios mío. No responde. Sí. ¿Sobre el pecho? Ok. Ya. Ya lo hice. Ok. Sí, sí.

Uno. Dos. Tres.. Tapo nariz y ventilo aire dos veces.

Uno. Dos. Tres…

¿Continúo? ¿Por cuanto tiempo, señor? Ok. Ok. ¿Y la ambulancia por qué no llega? ¡Dios!

Uno. Dos. Tres..

Uno. Dos. Tres…

Se está moviendo. ¿Hija? ¿Hija? Aguanta nena. Sí. Está respirando. Tengo que ponerte de lado Jess. Resiste. Ya viene la ambulancia hija.

Quiero vivir.

***

Hola, gracias a todos los que me leen día a día, en esta especie de diario de una superviviente de anorexia.

Me siento muy entusiasmada porque estoy cumpliendo cuatro meses que acepté mi problema alimenticio, ahora estoy comiendo sano y yendo a terapia para fortalecer mi yo interior. He aprendido a valorarme como soy, a amarme a mí misma, sin importar la talla que tenga. Es un camino nuevo en el que me estoy descubriendo como mujer y trabajando mi inteligencia emocional. Porque la vida es muy corta y hermosa para perdérmela buscando complacer a los demás, a gente que en realidad le da igual si vivo o muero. Viviré para mí y para los que me aman.